Auorreflexiones I - EL DERECHO DE PENSAR

por Jorge Brizuela Cáceres

Para saber hay que entender. Y para saber porque los riojanos no somos ni revolucionarios y reaccionarios hay que entender que nos falta información. Ojo, no hablo del atolladero de noticias con que todos los días pretenden (y a veces logran) llenarnos la cabeza los medios y los comunicadores.

Sobre los medios influyen algunos factores esenciales: La financiación de la actividad, las fuentes disponibles y el pensamiento general de la población. De una u otra manera todos estos factores son interdependientes en grado sumo.

En una provincia donde el Estado es el mayor empleador, se entiende que también es el mayor anunciante. Queda claro así que es difícil hablar o escribir contra el mayor anunciante, o sea, contra el gobierno que dirige el Estado. Y en el caso de La Rioja, con una legislatura de la que 23 miembros son miembros del mismo partido, y cuyo poder judicial está subordinado absolutamente al poder político, el dueño de ese Estado es un solo partido, con variadas denominaciones.

Así también se entiende que las fuentes son, en gran parte, limitadas. La agenda de los medios comienza siempre y casi siempre termina con teléfonos oficiales. En los casos en que no es así, la conexión es simple: Sindicalistas (anexados al gobierno por intereses económicos), religiosos (subvencionados por el gobierno), artistas (contratados por el gobierno), deportistas (auspiciados por el gobierno), científicos (enseñando o investigando en los centros educativos del gobierno o que este controla), productores e industriales (subsidiados por el gobierno), empresarios (proveedores y contratistas del gobierno). ¡Perdón! ¿Me olvidé de alguno?

Por último, y como no podía ser menos, el público es la ciudadanía, empleados directos o indirectos del Estado, o beneficiarios de algún programa social, o sea, del gobierno.

Con un centralismo verticalista como el que sufrimos en La Rioja, está casi negado el derecho de pensar, o para no ser tan drásticos, el de expresar y el de informar... Que es casi lo mismo.

Junto a esto, tenemos un importante conjunto de medios públicos o estatales, una maquinaria que funciona casi a la perfección en defensa del gobierno. Pero esto, lo dejamos para la próxima.-